Antiguamente había una Vaquería, era un terrero muy amplio donde solían pastar la ganadería en Cenes y donde había un abrevadero. La ganadería desapareció en los años 70 y pasó a ser un lugar donde los chiquillos iban a jugar.
Antes de ser embovedado el barranco, existía una calle no muy ancha en un lateral del barranco llamada Carril de la Angustias que era la zona peatonal. Era una calle pequeña en la que sólo había tres casas, con un pequeño jardín. La calle separaba las casas del jardín ya que pasaba por el centro quedando las casas a un lado y el jardín al otro. Al otro lado del barranco existía un solar muy grande donde llevaban las vacas a pastar y a tomar el sol, después fue un jardín con un asadero de pollos, y en la actualidad hay un bloque de viviendas.
A mediados de la década de los sesenta se produjo su encauzamiento y en torno a la década de los 80 se construyó una pasarela y posteriormente en 1983 fue embovedado. En 1984 se colocó una fuente ornamental. Luego el solar se urbanizó y empezaron a construirse viviendas. En 1985 se construyó un bloque de 14 viviendas y en los bajos se abrió el famoso Asadero de Pollos Carlillos. El dueño es el que actualmente tiene el Restaurante Los Faroles.
En 1982 el Ayuntamiento de Cenes de la Vega adquiere los terrenos para poder empezar las obras del Polideportivo Municipal en el llamado Cortijo de Calderas y terminan las obras a finales de los años 80.
Por el Barranco de Cenes solían pasar los toros de Pelayo (persona muy influyente en aquella época en Granada) ya que por Cenes de la Vega, y concretamente por la Plaza de la Constitución pasa un Camino Real.
Antes de que se embovedara el Barranco, las mujeres del municipio solían lavar la ropa en él y también se utilizaba como lugar donde los chiquillos del pueblo iban a bañarse.
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